domingo, 8 de julio de 2007

Arte de Sentimiento

El romanticismo surge como reacción al neoclasicismo, es un arte de sentimiento, arrebatado y fogoso, lleno de fuerza y libertad. Los artistas reivindican la libre creación, sin someterse a normas; la pasión se expresa con violencia, se busca el movimiento desenfrenado. Frente a la razón, predominante en el neoclasicismo, se opone ahora el sentimiento y por ello es un estilo individualista.

También cambia la temática, se inspiran en la noche, las ruinas, la naturaleza salvaje, la locura, la muerte, los cementerios, las tragedias. Se exalta la libertad y el patriotismo, la nostalgia y la desesperanza. Técnicamente destaca la fuerza del color en poderosos contrastes, posturas arrebatadas y desequilibradas, gesticulación y claroscuros acusados. Entre los más destacados pintores señalamos a Gericault y a Delacroix.

A pesar de todos los puntos de discordancia entre neoclásicos y románticos, existe un pintor que todos admiran e imitan, un grande entre los grandes cuyas obras se adelantaron a su tiempo y sirven como iconos intemporales y cuya técnica inspiró a muchos estilos posteriores; naturalmente este genio no es otro que Francisco de Goya.

Al final del Siglo XVIII y principios del XIX, la pintura en España era un verdadero nudo de muchos cabos: tardobarroco, rococó, academicismo, gusto cortesano, neoclasicismo... La pintura fue la última de las artes en incorporarse a la estética neoclásica, con notable retraso respecto a la arquitectura y a corta distancia de la escultura.

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